La música como herramienta transformadora del ser humano

Por: Janell Yuridia Treviño Gómez

La música ha acompañado a la humanidad en rituales, celebraciones y momentos cotidianos desde tiempos remotos. Su carácter universal y su capacidad de conectar a las personas la convierten en una de las expresiones más poderosas del ser humano.

 

 

Cursos de verano para niños y adolescentes

Más allá de su valor estético, numerosos estudios han demostrado que la música tiene un impacto significativo en el desarrollo cognitivo, emocional, social y físico a lo largo de toda la vida. Desde la infancia hasta la vejez, su práctica y aprendizaje contribuyen al bienestar individual y colectivo.

En ese enfoque, el STUANL, en la búsqueda por incrementar los beneficios y las posibilidades de desarrollo integral de sus agremiados, ha unido esfuerzos con la Facultad de Música de la UANL para generar un proyecto que apoye su bienestar socioemocional y el de sus familias; esta iniciativa contempla la programación e implementación de cursos de iniciación musical, canto, guitarra y piano.

Estos cursos se imparten por colegas universitarios de nuestra institución con un alto nivel de dominio, amplia experiencia y sólida didáctica musical; se desarrollan a partir de una cuidadosa planeación, organización y selección de métodos de enseñanza con un enfoque pertinente para lograr los objetivos propuestos en cada sesión.

Se propusieron cursos de verano dirigidos a niñas, niños y adolescentes, tomando en cuenta las teorías que sostienen que durante la infancia, la educación musical favorece el desarrollo de habilidades cognitivas como la memoria, la atención, la percepción auditiva y el lenguaje, ya que cantar, tocar un instrumento o seguir un ritmo activa varias áreas del cerebro al mismo tiempo, fortaleciendo las conexiones neuronales y estimulando la plasticidad cerebral.

También contribuye al desarrollo socioemocional, pues los niños aprenden a trabajar en equipo, a escuchar a los demás y a expresar sus emociones, al tiempo que fomentan la autorregulación, la perseverancia y la autoestima. Incluso desde edades tempranas, moverse al ritmo de una canción o participar en juegos musicales impulsa el desarrollo de la coordinación motora y del sentido del ritmo.

En la adolescencia y juventud, etapas marcadas por la búsqueda de identidad, la música se convierte en un canal de expresión y pertenencia. Participar en ensambles o clases musicales no solo implica retos técnicos, sino también oportunidades para desarrollar habilidades como la creatividad, la toma de decisiones y el pensamiento crítico. Asimismo, la práctica constante fomenta la disciplina, la concentración y la autocrítica constructiva, habilidades útiles en múltiples contextos personales y académicos.

Cursos para trabajadoras y trabajadores sindicalizados

Con el objetivo de contribuir al desarrollo integral, el STUANL programa de manera recurrente cursos dirigidos a trabajadoras y trabajadores, tanto activos como jubilados. Estas actividades se basan en el principio de que, en la adultez, la música puede experimentarse como una vía de realización personal y bienestar emocional.

Cantar, tocar un instrumento o participar en actividades grupales ayuda a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y fortalecer el sentido de logro. Además, estas experiencias fomentan valores como la empatía, la escucha activa y el trabajo colaborativo, aspectos clave en los ámbitos laborales, familiares y comunitarios.

Para los adultos mayores, la música adquiere un papel terapéutico y significativo. Su práctica ha demostrado efectos positivos en la memoria, la atención y el lenguaje, y puede contribuir a prevenir o ralentizar el deterioro cognitivo. El vínculo emocional con la música facilita el recuerdo autobiográfico y refuerza el sentido de identidad y conexión social, aportando alegría y calidad de vida.

Conscientes del valor formativo y humanizante de la música, el STUANL apuesta por su enseñanza como vía para el desarrollo integral. Por ello y en colaboración con la Facultad de Música, en los últimos 3 años se impartieron alrededor de 20 cursos con un enfoque musical dirigidos a las y los trabajadores activos, jubilados y a sus familias.

Esta iniciativa, impulsada por nuestro secretario general, el Biól. Rafael Garza Ibarra, no solo ha impactado en el desarrollo emocional y técnico de más de 300 personas; sino que también ha beneficiado en el fortalecimiento de los lazos entre los miembros de nuestra comunidad universitaria.