Angélica Bretón Morán: música, inclusión y derechos laborales

La historia de Angélica Bretón Morán es un ejemplo de constancia y compromiso en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Aunque formalmente lleva tres años laborando, su vínculo con la institución inició hace 19 años, cuando ingresó como estudiante de la Facultad de Música.

Un camino marcado por la inclusión

Como alumna con discapacidad visual, Angélica enfrentó la falta de materiales accesibles para el aprendizaje musical. “Me di cuenta de que no había partituras para alumnos como yo. No sabía si se podían leer partituras al principio, pero descubrí la musicografía Braille y comencé a capacitarme”, recuerda.

Con el apoyo del personal de biblioteca y de su familia, inició un proyecto pionero: la transcripción de partituras a Braille con una impresora especial. Lo aprendido lo compartió con nuevos estudiantes, acompañándolos en su formación. Con el tiempo, se convirtió en un referente para maestros y alumnos que buscaban orientación para atender a estudiantes con discapacidad visual.

De estudiante a trabajadora

En 2020, al concluir la licenciatura, recibió la invitación para continuar apoyando a la facultad, ahora de manera formal. “De pronto me di cuenta que ya estaba trabajando, con una oficina y como responsable de un área”, comenta. Desde entonces, se dedica a fortalecer los procesos de inclusión educativa para estudiantes con discapacidad visual, generando un impacto profundo en la vida académica de la Facultad de Música.

Aprendizaje y derechos como trabajadora

Al integrarse plenamente a la vida laboral, Angélica también comenzó a conocer sus derechos como trabajadora sindicalizada. “Voy poco a poco aprendiendo, preguntando a compañeros, leyendo lo que se publica en redes sociales y en la página del sindicato, que ayuda mucho”, señala.

Su testimonio subraya la importancia de difundir entre la comunidad los beneficios y prestaciones que se han conquistado. Destaca especialmente el servicio médico universitario: “Es algo que no tiene precio. Lo he usado y ha sido un gran alivio, porque los compañeros saben cómo ayudar y brindan atención de calidad”.

Una visión de comunidad

Más allá de su experiencia personal, Angélica invita a reflexionar sobre la discapacidad desde una perspectiva amplia: “La discapacidad puede estar presente en cualquier momento de la vida. Cualquiera puede enfrentarla. Lo importante es pensar cómo realizaríamos nuestras tareas cotidianas si tuviéramos una discapacidad, y qué tan accesibles son nuestros espacios de trabajo”.

Su mensaje es claro: la accesibilidad no solo beneficia a un sector de la población, sino que en realidad nos sirve a todos. Por eso, propone que la comunidad universitaria conozca mejor a las y los trabajadores con discapacidad y sus necesidades, construyendo juntos entornos más inclusivos.