En la Facultad de Ingeniería Civil, el maestro Javier Garza Cortinas es ejemplo de constancia, vocación y fortaleza. Con 52 años de trayectoria universitaria, ha dedicado su vida a la docencia, formando generaciones de ingenieros y compartiendo el espíritu de compromiso que distingue a los trabajadores sindicalizados del STUANL.
“Siempre hay que ver hacia adelante, dar un paso más y mantenerse ocupado en algo positivo.” – Mtro. Javier Garza Cortinas
En la Facultad de Ingeniería Civil, el maestro Javier Garza Cortinas es ejemplo de constancia, vocación y fortaleza. Con 52 años de trayectoria universitaria, ha dedicado su vida a la docencia, formando generaciones de ingenieros y compartiendo el espíritu de compromiso que distingue a los trabajadores sindicalizados del STUANL.
Una vida dedicada a la docencia
Su historia en la Universidad comenzó en 1973, cuando respondió al llamado del entonces secretario académico de la Facultad. Desde entonces, su nombre quedó ligado a la enseñanza y a la formación ética y profesional de los estudiantes de Ingeniería Civil.
Durante décadas, su vida transcurrió entre aulas, proyectos académicos y el compromiso diario con la Universidad. Sin embargo, hace más de diez años enfrentó un cambio radical: una discapacidad visual adquirida que lo obligó a replantear su manera de vivir y trabajar.
Un desafío inesperado
Todo comenzó durante un viaje en avión. Un problema súbito de presión ocular afectó su nervio óptico, y poco tiempo después perdió la vista completamente. Aun así, el maestro Garza Cortinas recuerda con gratitud la atención recibida en el Hospital Universitario, al que reconoce como un pilar fundamental del servicio médico que ofrece la Universidad.
El proceso no fue sencillo. Adaptarse a una nueva realidad implicó enfrentar retos físicos, emocionales y laborales. Pero lo hizo con determinación y con el respaldo de su comunidad universitaria y sindical.
Aprender a vivir nuevamente
En su proceso de adaptación, encontró apoyo en la Sala Tiflotécnica de la Capilla Alfonsina, donde trabajadores sindicalizados como Delfino Ojeda y Javier Rodríguez lo guiaron en el aprendizaje del sistema Braille, el uso del bastón y técnicas de movilidad independiente.
Gracias a ese acompañamiento, recuperó autonomía y, sobre todo, la confianza para continuar con su vocación docente. “Tú puedes dar clases, todo lo tienes en la mente”, le dijo en su momento el ingeniero José Manuel López González, entonces decano de la Facultad, impulsándolo a volver al aula.
Continuar enseñando, continuar inspirando
Hoy, con el respaldo de la dirección de la Facultad y de sus compañeros sindicalizados, el Mtro. Garza Cortinas continúa impartiendo la materia de Ética Profesional, demostrando que los límites físicos no pueden frenar el deseo de enseñar.
La Facultad le ha brindado facilidades de acceso, horarios adecuados y el acompañamiento necesario para su desempeño. Pero, más allá de las adecuaciones, lo que mantiene vivo su espíritu es la convicción de que la docencia es una forma de servicio y un acto de amor por la Universidad.

La fuerza del sindicalismo solidario
El maestro reconoce en el STUANL un aliado fundamental. Para él, el servicio médico, las prestaciones sindicales y el respaldo de su comunidad han sido esenciales en su recuperación y permanencia laboral.
Su historia refleja el valor de un sindicalismo humano y solidario, que no solo defiende derechos, sino que también acompaña a las personas en sus procesos de vida.
Mirar siempre hacia adelante
Con serenidad y orgullo, Javier Garza Cortinas comparte un mensaje que resume toda su trayectoria: “Siempre hay que ver hacia adelante, dar un paso más y mantenerse ocupado en algo positivo.”
Sus palabras son una lección de vida para las nuevas generaciones de trabajadores universitarios. En ellas se resume la esencia del sindicalismo universitario: seguir avanzando juntos, sin rendirse, confiando en la fuerza colectiva que hace posible cada historia.