Corría agosto de 2018 cuando Yolanda Flores Peña, profesora titular de la Facultad de Enfermería con 21 años de antigüedad, sintió un pequeño dolor tras un ejercicio de CrossFit. “Fue algo mínimo, del tamaño de una lenteja”, recuerda. Sin embargo, esa pequeña señal marcaría el inicio de una experiencia que transformaría su vida.
“Fui a realizarme una mamografía y el radiólogo fue muy claro: era cáncer. Como enfermera, quise abrir yo misma el resultado de la biopsia en mi celular. Lo leí… y supe que mi vida cambiaría desde ese momento”, comparte.
Una decisión que cambió su vida
A partir de entonces, comenzó una etapa de decisiones, tratamientos y aprendizajes. En enero de 2019 se sometió a cirugía y posteriormente a quimioterapias
“Al principio me negaba a recibirlas. Dije que no quería tratamiento, pero mis hijas me hicieron ver que tenía una oportunidad de vida y debía tomarla”.
El valor del acompañamiento
Su historia no solo refleja el coraje de una madre y profesional de la salud, sino también el poder del acompañamiento familiar y médico. Yolanda reconoce el papel esencial del personal del área de Radiodiagnóstico y del Servicio Médico de la UANL:
“Me sentí arropada, cuidada. Agradezco profundamente a los médicos, enfermeras y compañeros que estuvieron en mi proceso”.
Cinco años después, una nueva mirada
Hoy, cinco años después, se encuentra en vigilancia médica y libre de enfermedad. “El cáncer fue un maestro. Me enseñó a valorar la vida y a cuidar de mí misma. Como enfermera, siempre enseñamos el autocuidado, pero ahora entiendo que debemos aplicarlo primero en nosotros para poder cuidar a los demás”.
Un mensaje para el Mes Rosa
En el marco del Mes Rosa, su voz resuena con fuerza entre las trabajadoras y los trabajadores universitarios, por que detrás de cada diagnóstico hay una historia de esperanza, y detrás de cada historia, un llamado a la prevención.
“Tócate, sin miedo. La autoexploración puede salvarte la vida.”