Marisa Esmeralda Hernández: valentía y prevención en el Mes Rosa

En 2021, en plena recuperación tras los años más difíciles de la pandemia, Marisa Esmeralda Hernández Oyervides decidió retomar un chequeo médico que había postergado. No sentía dolor, ni bultos, ni ningún síntoma visible. Todo parecía normal. Sin embargo, aquel estudio de rutina se convertiría en un punto de inflexión en su vida.

“Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es tu única opción.”Marisa Esmeralda Hernández Oyervides, trabajadora universitaria y sobreviviente de cáncer de mama

El hallazgo inesperado

“Cuando fui a recoger los resultados, pensé que habían perdido mis papeles porque el gerente del laboratorio me pidió hablar personalmente conmigo. En ese momento supe que algo no estaba bien”, recuerda Marisa.

Salió del laboratorio y, sin pensarlo dos veces, llamó al Servicio Médico Universitario. En menos de una hora ya estaba siendo atendida. “Me dijeron que repitiera los estudios al día siguiente. Y ahí fue cuando lo confirmé: tenía un tumor de 7.5 centímetros. No era una bolita palpable, era como una mancha, una plasta interna. Por eso no lo había sentido.”

A partir de ese momento, su vida cambió. Inició una serie de estudios, biopsias y tratamientos, con el miedo natural que acompaña a un diagnóstico de cáncer, pero también con una fuerza interior que no sabía que tenía.

Fortalecerse en el proceso

“Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única opción.”

Esa frase, que hoy la acompaña, resume lo que vivió. “Aprendí que el cáncer no tiene edad, ni género, ni aviso previo. Ataca a cualquiera, por eso es tan importante revisarse y no dejar pasar el tiempo.”

Marisa agradece profundamente al equipo del Servicio Médico Universitario y al personal del Hospital Universitario, por su atención, cercanía y eficacia en todo el proceso. “Nunca batallé con la atención; siempre recibí el mejor trato. Cada duda, cada detalle, lo resolvían de inmediato.”

Sin miedo al éxito

Durante su recuperación, Marisa adoptó una nueva filosofía de vida basada en una frase que repite con alegría y convicción:

“Hazlo sin miedo al éxito.”

Para ella, vivir sin miedo significa hacerse responsable de la salud propia, acudir a revisiones médicas y hablar abiertamente del cáncer para quitarle el estigma. “Cuídate mucho, quiérete más y nunca pongas tu salud en segundo plano. Siempre es lo primero.”

 

Prevención que salva

Su experiencia recuerda la importancia de la detección temprana del cáncer de mama, una enfermedad que continúa siendo la principal causa de muerte por cáncer en mujeres mexicanas. En Nuevo León, se detectaron 198 nuevos casos durante los primeros siete meses de 2024, y la entidad mantiene una tasa de 23.9 muertes por cada 100 mil mujeres mayores de 20 años, de acuerdo con datos del INEGI (2023) y la Secretaría de Salud estatal.

A diferencia de muchos tipos de cáncer, el de mama puede detectarse a tiempo mediante estudios de imagen y revisiones clínicas, incluso antes de que se manifiesten síntomas físicos. Por eso, los especialistas insisten en la importancia de la mastografía anual a partir de los 40 años, o antes si existen antecedentes familiares.

Cuidarse también es quererse

El testimonio de Marisa Esmeralda Hernández Oyervides es un recordatorio de que la salud no debe postergarse. Que un estudio a tiempo puede cambiar una vida. Que la prevención salva, y que cada día cuenta.

“El cáncer me enseñó que no hay que esperar al ‘después’. A veces, después ya no hay solución. Cuídate, revísate y quiérete mucho.”