Octubre rosa: Quiérete mucho: la historia de Yasmín Ramírez Chávez

En 2017, Yasmín Ramírez Chávez descubrió una pequeña bolita en su seno derecho mientras descansaba después de un día de trabajo. Aquella noche marcó el inicio de una historia que, lejos de estar llena de miedo, se convirtió en un testimonio de fortaleza, fe y prevención.

“Eres más valiente de lo que crees y más fuerte de lo que piensas. Quiérete, revísate y cuídate.”Yasmín Ramírez Chávez, trabajadora universitaria y sobreviviente de cáncer de mama

El hallazgo que cambió todo

“Estaba viendo la tele y, al recargar el brazo sobre el pecho, sentí una bolita. Al día siguiente temprano hablé a Servicios Médicos para pedir una cita. Desde ahí todo fue muy rápido: me hicieron los estudios, me canalizaron con el médico general y después con el cirujano para la biopsia”, recuerda.

El diagnóstico llegó poco después: cáncer de mama en etapa 2. Con apenas 39 años, Yasmín enfrentó la noticia con una mezcla de sorpresa y serenidad. “El oncólogo me explicó que estaba en premenopausia y, en ese momento, me quedé pensando más en eso que en el cáncer. Me sorprendió la idea de estar entrando a esa etapa tan joven”, relata.

Solo unos segundos después, su mente hizo clic. “Ya más consciente, me dije: bueno, lo importante no es la palabra, sino lo que sigue. Vamos a ponernos en acción”. Esa reacción, más reflexiva que desesperada, marcó el inicio de su camino de lucha y recuperación.

Acompañamiento y decisión

En ese proceso, Yasmín recibió el apoyo del Servicio Médico Universitario y del STUANL, quienes la acompañaron en cada paso. “Todo fue muy rápido y con mucho respaldo. Me ayudaron a revisar opciones, fechas, tratamientos, todo con una atención muy humana. Nunca me sentí sola”, comparte.

Cuando llegó el momento de la cirugía, tomó una decisión firme: “Le dije al cirujano: corte lo que tenga que cortar. No es un brazo, no es un ojo, no es una pierna. Hay personas que se los aumentan o reducen, lo importante era conservar la vida”.

La actitud que hace la diferencia

Durante su tratamiento, Yasmín encontró inspiración en las historias de otras mujeres. En especial, recuerda una escena que marcó su manera de ver la vida:

“En mi segunda quimioterapia conocí a una señora de unos 65 años. Había perdido a su hija, estaba criando a su nieto y cuidaba a su esposo enfermo. Aun así, sonreía. Ese día entendí que yo estaba chiflada por la vida. Mi proceso fue más ligero, y eso me ayudó a mantenerme positiva.”

 

Para ella, la actitud es una parte esencial del tratamiento. “Las quimios son difíciles, pero el ánimo lo es todo. Tener una buena actitud y el apoyo de mis compañeros de trabajo, del sindicato y de mi familia lo hizo mucho más llevadero.”

Cuidarse es quererse

Hoy, Yasmín tiene un mensaje claro para todas las mujeres:

“Eres más valiente de lo que crees y más fuerte de lo que piensas. Quiérete tantito o quiérete mucho. Revísate, cuídate. No puedes cuidar a tu familia si no te cuidas tú primero.”

El cáncer de mama sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en mujeres mexicanas. En Nuevo León, se detectaron 198 nuevos casos en los primeros siete meses de 2024, y el estado mantiene una de las tasas más altas del país, con 23.9 muertes por cada 100 mil mujeres mayores de 20 años (Secretaría de Salud de NL, 2024; INEGI, 2023).

Por ello, la detección temprana sigue siendo el mejor camino para salvar vidas. Autoexplorarse, acudir a revisiones médicas y realizar la mastografía en el tiempo recomendado son pasos que pueden marcar la diferencia.

Solidaridad y esperanza

Yasmín es hoy una voz de aliento dentro de la comunidad universitaria. Su historia refleja la fuerza que nace de la unión, del acompañamiento institucional y del compromiso con la salud. “Apóyense en el Servicio Médico y en el Sindicato, que siempre están ahí para ayudarnos”, asegura.

Su historia es también un recordatorio de que, con apoyo, prevención y actitud, la esperanza se multiplica.

“Lo primordial es conservar la vida y agradecer cada día. La salud es el regalo más grande que tenemos.”